Toby es un pastor alemán de dos meses de
edad en una familia de cinco personas. Normalmente se le regaña cada vez que se le descubre mordiendo la pata
de la mesa del salón. Se corrió la voz: “ Toby está mordiendo la pata de la mesa grande a
todas las unidades” “si lo pillas, dale un cachete y a la cocina”!! Castigadoo!!”
El cachorro aprende que es “peligroso”
morder el mueble delante de su familia. Ahora que parecía que todos/as le
adoraban… de repente todos le pegan:”
estos humanos están locos y se les cruza el cable”.
Toby empieza
a morder su pilar favorito únicamente
al quedarse solo. Cuando alguien llega a casa y se encuentra algún destrozo, el
perro se escabulle con las orejas para atrás, cuerpo a tierra, el rabo entre
las piernas y la cabeza gacha. La familia entiende que Toby siempre muerde el
mueble en actitud de venganza por quedarse solo y que al llegar “ya sabe que
hizo mal” y le invade un gran sentimiento de culpabilidad.
Nada
más lejos de la realidad… esta versión encajaría
bien en una película de Disney donde los perros tienen cualidades humanas, pero no es lo que tu perro piensa y siente
realmente.
Toby se dio cuenta de que seguía siendo
divertido morder la pata cuando se quedaba solo e, incluso, morder calmaba su
ansiedad y le hacía sentirse mejor ante la ausencia de su familia. Además era
una manera genial de calmar este insoportable dolor de dientes y perder alguna
que otra pieza de leche.
Cuando alguien llegaba a casa y Toby (que
es una máquina perfecta de leer el lenguaje humano) interpretaba sus movimientos,
pensaba : “van a llover cachetes” e intentaba impedirlo de la única manera que
sabía, utilizando sus apreciadas señales de calma. De poco servían para evitar
lo inevitable. El conflicto de hablar diferentes lenguajes estaba servido.
Este comportamiento que al parecer es
inocuo por parte de una familia corriente, puede acabar presentando otro tipo
de estrategias más violentas por parte del perro si se le sigue castigando físicamente.
Por eso es tan importante que conozcamos bien a nuestros perros, los tratemos
desde el respeto y hagamos casi el mismo esfuerzo que ellos dedican a
comprendernos.