Que los perros viven menos que las personas es una realidad triste, dicen que esto tiene una explicación: puesto que ellos no tienen que aprender a ser buenos con las personas y tener sentimientos sinceros, ya que son puros de corazón desde el momento en el que nacen. Hace un mes que perdí a mi compañero Mao de gran corazón y bondad, con esta carta quise despedirle, hasta siempre amigo, nos quedan las sensaciones, lo amado, lo vivido, gracias por tanto, sabes que te quiero.
Mi fiel amigo:
Hoy ya no vendrás a saludar a la puerta,
con tu asombrosa energía y tu mágica sonrisa.
El viento corre, pero ya no es aire fresco,
ni las praderas verdes tan divertidas, como cuando nos revolcábamos juntos parando al tiempo.
Tu fuiste mi gran maestro,
enseñándome a amar a las personas,
lo supiste hacer desde el primer momento de una manera sencilla y naturalidad en tu talento.
Con la generosidad de tu sangre salvamos algunos perros, con la de tu carácter muchos otros se vinieron al lado de los buenos compañeros.
Y aunque siento que me dejas el corazón como el más duro de tus huesos.
Mao te quiero dar las gracias por tanto que me dejas aquí adentro.
Se que me esperarás sentado en tus cuartos traseros, hasta el día en que te llame y me encuentre otra vez contigo, allí donde los perros juegan felices a las puertas del cielo.
Mao 5/01/2010-07/08/2018
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