30 octubre 2019

UN PAR DE CEJAS PARA CONTROLARLOS A TODOS

Nuestros canes han desarrollado un músculo facial, llamado LAOM (levator anguli oculis medialis), en el periodo de evolución junto al hombre que modifica la expresión del perro para dar una característica más triste en sus ojos de un modo que inspira más ternura en las personas, según una investigación que ha comparado la musculatura facial y los movimientos oculares de perros y lobos.

El músculo está situado cerca de los ojos, eleva la parte interior de las cejas y tiene otros efectos que las personas consideran entrañable. Aumenta el tamaño aparente de los ojos, lo que hace que las proporciones de la cara del perro se parezcan más a las de un niño pequeño y por lo tanto despierten en nosotros un instinto de protección, también modifica la forma del ojo para que sea más triste.




Según afirma el estudio aquellos perros que adoptan por este tipo de mirada como estrategia y la regalan a los futuros propietarios en un centro de acogida tienen más posibilidades de encontrar un nuevo hogar.

"La evolución de los perros se explica por la interacción con los seres humanos.Se han favorecido rasgos relacionados con la capacidad de comunicarse con las personas, así como una baja agresividad, lo que incluye la expresión de los ojos."
(Anne Burrows)

Los lobos no tienen el músculo LAOM como los perros, en su lugar tienen escasas fibras musculares rodeadas por una gran cantidad de tejido conectivo, el Husky Siberiano es una de las razas que presenta este músculo menos desarrollado por su parentesco más cercano con los lobos. Esto sugiere que el músculo LAOM  apareció en los perros antes de que se criaran los primeros Huskys  y que se ha seguido desarrollando después.




Los primeros perros aparecieron hace 30.000-35.000 años, pensamos que el músculo LAOM empezó a desarrollarse desde aquel momento o un poco más tarde, coincidiendo con las primeras interacciones humanas. A diferencia de los lobos los perros establecen contacto visual con las personas y no solo eso cuando un perro no sabe resolver un problema por sí mismo, busca la mirada de una persona para que le dé indicaciones. Además, el contacto visual suele provocar un aumento de la oxitocina (una hormona que refuerza el vínculo afectivo) tanto en el perro como en la persona.

Todo esto no significa, sin embargo, que los perros "levanten las cejas de manera intencional, es decir, con la comprensión de que podrían manipular a las personas no hay prueba de ello", advierte en un comunicado Juliane Kaminski "Lo que sabemos es que mueven más las cejas cuando alguien les está mirando, lo que sugieren que es un movimiento que controlan de manera voluntaria"

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