13 septiembre 2021

Cultura salvaje

       


               Los humanos hemos creído que la cultura es estrictamente una hazaña humana pero estamos muy lejos de la realidad. Muchos animales salvajes -y libres- deben aprender de sus mayores las singularidades locales, de qué vivir y cómo comunicarse en un puesto concreto dentro de su grupo. El aprendizaje cultural difunde habilidades (qué es la comida, cómo obtenerla, donde poder descansar, obtener agua, criar) crea una identidad y un sentimiento de pertenencia a un grupo y mantiene tradiciones exitosas como un cortejo. 


Hasta ahora la cultura de la vida salvaje, ha sido un aspecto, en gran medida oculto y
poco valorado. Sin embargo, para muchas especies, la cultura de su naturaleza es crucial y, al mismo tiempo, bastante frágil al igual que lo son sus cada vez más mermados hábitats.

Los genes no son el único factor que hace que nos convirtamos en quienes somos. La cultura también es una forma de herencia y almacena información importante en la mente. Las reservas de conocimiento, habilidades, preferencias, canciones, dialectos, lenguaje corporal o incluso el uso de herramientas se transmiten de una generación a otra como un testigo. De padres a hijos, de hermano a hermano, de tío a sobrino la propia cultura avanza y evoluciona proporcionando adaptabilidad con más flexibilidad y rapidez de lo que podría hacerlo la evolución genética por sí sola. La cultura tiene otra característica que la diferencia de la genética que solo se adquiere de los progenitores y es que cualquiera que pertenezca a su grupo social puede adquirirla.

No nacemos dotados de cultura, esta mejora las posibilidades de supervivencia y normalmente va por delante de los genes que tienen que seguirla y poder adaptarse.

Aprender de otros "cómo vivimos" es un rasgo humano. Pero aprender de otros es una característica de leones, cuervos, loros, ballenas , simios y muchos animales que están cerca de nosotros como los perros e incluso las abejas. Suponer que los animales no tienen cultura porque en realidad no tienen una cultura humana es como pensar que otros animales no se comunican porque no saben usar un diccionario. Los animales tienen su propio código de comunicación. Y mantienen vivas sus culturas porque muchas tareas del día a día dejarían de existir. La vida no les parece lo mismo que a nosotros (ni falta les hace) ; eso no ocurre con la vida de nadie. Muchos animales necesitan aprender casi todo para ser adultos porque el instinto solo puede llegar hasta un cierto punto. 

Un grupo de chimpancés en la selva de Uganda adoptó el uso de un musgo como esponja y nueva herramienta, para beber agua después de observar como lo hacía uno de los machos dominantes del grupo. Muchos de estos aunque se caracterizan por mantener la paz entre ellos, limitan con tierras de cultivos, saquear las cosechas se ha convertido en parte de la cultura de los chimpancés de allí. Los asaltantes se ven atraídos por el mango, la papaya y el maíz por que les parece muy sabroso. Si hay gente a la vista no salen, no se atreven. Cuando los agricultores van al mercado a vender sus productos los chimpancés aprovechan la ocasión para hacerse con sus cultivos. En algunos lugares superan su miedo a la noche y hacen incursiones nocturnas. Los chimpancés que proyectan sombras a la luz de luna mientras buscan comida son una auténtica novedad, otra innovación cultural.

La flexibilidad de una conducta exitosa que se acaba convirtiendo en un hábito compartido y repetido en el tiempo se llama costumbre. Una costumbre aprendida a través de generaciones se transforma en una tradición. Las tradiciones en su conjunto forman la cultura. Una cultura puede ser un conjunto de tradiciones, habilidades, un repertorio de comportamientos y herramientas que caracteriza a un grupo en un lugar.



Mucho antes de que una especie esté en peligro o bajo la amenaza de la extinción, es posible que empiecen a desaparecer conocimientos y comportamientos singulares transmitidos y adquiridos de su cultura a través de muchas generaciones. Si se rompe esa cadena cultural, la supervivencia cae, y el mundo viviente se encogerá un poco más para ser todos más pobres en diversidad. La recuperación de cualquier especie nunca esta garantizada, es una triste manera de ir a remolque además exige más tiempo y más dinero, que la conservación y así se vuelve cada vez más y más difícil.



La tierra y los seres que en ella habitan han prosperado desde hace millones de años no buscan, ni deberían necesitar nuestro modelo de vida, ni nuestra aprobación.
Muchos ya existían cuando evolucionamos y muchos seguirán estando cuando nos extingamos. Así que ellos tienen el mismo derecho a existir y siempre han estado a la altura de todo lo que se puede esperar de ellos.

Es cuanto menos extraño ver cómo el hombre tiene una gran capacidad de sentirse insatisfecho, cuando el mundo tiene tanto por descubrir y tanta belleza que amar.