Tomemos conciencia los PPP son víctimas de una absurda ley que los obliga a ir atados con correas muy cortas que les generan tensión, con un bozal lo cual dificulta enormemente su socialización y expresiones como las señales de calma imprescindibles para unas correctas interacciones,convierte sus paseos de nula calidad en un rato para acumular estrés y volver a casa casi más frustrados de lo que salieron.
La denominación de origen PPP se convierte en un estigma para los propietarios al pensar que su perro necesita de un adiestramiento más violento, forzado o especialmente duro, para demostrar quien manda en el núcleo familiar provocando conflictos absurdos, muy evitables con un entrenamiento amable, disciplinado pero siempre respetuoso con el animal en equilibrio con su entorno.
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Hay propietarios que potencian voluntariamente la fuerte mordida, los saltos, la resistencia física o la agresividad hacia perros o personas, con el peligro que esto conlleva en cualquier interacción social y más en el barrio de una gran ciudad con los espacios tan limitados, convirtiendo al perro en una bomba de relojería con la que se hace difícil convivir.Tenemos que tener cuidado con la boca de perros de razas medianas y grandes que pueden desarrollar una gran musculatura de mandíbula haciéndose imprescindible desarrollar una buena inhibición del mordisco desde cachorros, ya que si en algún momento muerde pueda hacerlo de manera suave y controlada si quieres más información sobre este tema pincha aquí http://magiacanina.blogspot.com/2012/12/la-inhibicion-del-mordisco.html. Otra forma de maltrato físico y psíquico es el confinamiento, el aislamiento o el dolor sin atención.
Es nuestro deber recortar las tasas de abandono que están creciendo para este tipo de perros. No es casualidad que sean el objetivo de chavales con baja autoestima que buscan una prolongación del ego o tapar su inseguridad ante la vida en un perro de estas características, para alardear o imponer un adiestramiento incorrecto en ciertos grupos que no pueden darles sus necesidades más básicas o una educación correcta que dirija su carácter, todos conocemos el perfil de este tipo de individuos.
La solución del problema de los llamados PPP no pasa por los perros, si no por la visión que tenemos las personas de estos perros que hemos absurdamente condenado y criminalizado.
Por eso es siempre más lógico hablar de individuos sean de la raza que sean, ya que podemos asegurar que en un caldo de cultivo y con los ingredientes adecuados cualquier perro de cualquier raza se podría convertir en un perro potencialmente peligroso, al igual que cualquier perro en las condiciones de vida y educación adecuadas puede comportarse como el mejor perro del mundo.
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